Ejercicio del Rapport


             El rapport, según el diccionario Merriam Webster, se define como aquellas relaciones puramente amistosas y armoniosas, caracterizada por el acuerdo, entendimiento mutuo o empatía que hace posible o fácil la comunicación. Mientras que los autores de Cambridge nos dicen que Rapport se refiere a la buena comprensión de alguien y una capacidad para comunicarse bien con ellos. Esta última definición aplica mayormente a el concepto con el que salí de la última clase de Investigación Social. Incluso, llegué a pensar que únicamente se trataba de un fenómeno que se producía cuando dos personas alcanzaban un alto nivel de sincronía y por ende, estas empezaban a imitar los gestos de compañero contrario.

    Siendo así definido el Rapport, comenzaré a relatar mi experiencia aplicando tal estratégia. A manera de contextualizar, el viernes 15 de Septiembre de 2017, perdí una memoria USB en el salón multimedia dos del edificio K. Esa memoria contenía numerosos trabajos que debo entregar para este corte, por lo que tuve que devolverme a la universidad y buscarlo. Esperanzada pensé que el asunto no era muy grave, puesto que, en el pasado, ya había dejado cosas de mayor valor en los salones. No pensé que alguien tendría la capacidad de interesarse por un insignificante flash drive ajeno. 
     De igual manera, pensé que esta sería una buena ocasión para utilizar dicha táctica. A la primera persona con la que traté fue el celador del edificio L, a quien le expresé con una cara de fatalidad, cual era mi situación y si podría ayudarme a encontrar mi memoria. Noté como enseguida, se adentró en mi preocupación y allí empecé a imitar sus gestos. Los brazos cruzados que luego se soltaron, las manos a la cara y el incesante tamaleo fueron lo que logré captar en él. Una vez que terminé de contar mi anécdota, inmediatamente se ofreció a preguntarle a la "administración de seguridad" y así revisar las cámaras de seguridad. Luego, me acompañó a preguntarle a las monitas que andaban esa hora si había visto algo, fuimos a CPM y allí me dijo que él estaría pendiente y que cualquier cosa mantendría al tanto a todos sus compañeros celadores. Tras unas dos horas preguntar incesantemente, me dijo que hablara con los profesores o los técnicos del estudio.
      Busqué a Memo, quien ya me conocía anteriormente y sabía que su desenvuelta personalidad siempre me ayudaría en este tipo de asuntos, por lo que decidí no usarlo en él. Posteriormente, el me pidió que buscara a las PAT de ese día y encontré a una niña llamada Valentina. Le expliqué mi problema e intenté imitar sus gestos, pero por alguna razón ella se encontraba distraída y continuaba a mirar la pantalla de su monitor. La verdad no esperaba que ella me ayudara de la misma manera en la que el celador me ayudó, puesto que la vi ocupada, aunque a medida que pasaba más tiempo con ella, me di cuenta de que lo único que hacía era revisar sus redes sociales y reírse de los mensajes que le enviaban sus amigos. Volví con Memo y él me volvió a insistir que revisara el salón en el cual perdí la memoria. Un profesor me impidió asomarme por lo que decidí ir a objetos perdidos, sin embargo al momento de salir del edificio, el celador me detuvo y me dijo que había hablado con la gestora de posgrados, ella le había dicho que el sábado hubo una clase pero que nadie le reportó nada. Con este dato, el celador me afirmó que había sido un estudiante de comunicación audiovisual alrededor de las 9 de la mañana. Le di un millón de gracias por su colaboración y fui a objetos perdidos.
    Ya para este punto, tenía una pesadez tremenda. No quería sonar amarillista y culpar a la chica de objetos perdidos pero ella ni siquiera me miró a la cara para decirme que no había escuchado nada. Con una expresión desinteresada, revisó el cajón sin tocar nada y dijo: "No, no está". A lo que le pregunté muy cordialmente si me permitía, al menos, revisar la bolsa de memorias perdidas. Me dio otra expresión de desprecio y me arrojó la bolsa, al revisarla me encontré tres memorias iguales a la mía, lo cual me molestó un poco porque existía un chance de que una de estas fuera mi venerada memoria. Desafortunadamente, ninguna lo era.

          A manera de concluir, decidí volver con Memo quien no pudo hacer nada más que decirme: "La vida sigue" -  lo cual me causó mucha gracia porque mi asunto no era tan severo, simplemente, me había desanimado un poco al perder tantos trabajos hechos. Alejándonos entonces del relato,  pude descifrar que el rapport funciona únicamente cuando la persona te permite entablar una conversación con ella, de no tener su atención, no será posible cometer un rapport ante ellos. E igualmente, ser muy sutil y saber cuándo actuar para que la estrategia no sea evidenciada ante la persona tratada.

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